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Meier, Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona

Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona

MACBA, Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, Richard Meier

Conocido recientemente el proyecto del Hotel Proposal, que ocupará parte del espacio aéreo de la plaza de acceso al Museo de Arte Contemporáneo Barcelona MACBA, nos parece oportuno revisitar la obra de Richard Meier a mas de 15 años de su inauguración. El proyecto formaba parte de los objetivos trazados por el plan director del ayuntamiento de Barcelona, que en esos años propiciaba generar espacios públicos abiertos y positivos.

Lionel Chamma y Marcelo Gardinetti

Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona

El objetivo de Meier era dar luz a un sector degradado del barrio del Raval, un sitio de trazado medieval, segundo anillo de la ciudad que data del siglo XV, una zona oscura y de gran densidad de la ciudad de Barcelona. Lo hace con un edificio provocador con su entorno, generando un contraste enriquecedor, transformado en un hito que hace pasar desapercibido un contexto degradado. Un paralelepípedo de 120 metros por 35 metros de 3 niveles y un subsuelo, de blancura inmaculada en todas sus  partes, se destaca entre las oscuras construcciones del Raval, aportando su toque distintivo y tecnológico, compartiendo patio con la casa de Caritat, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.

El edificio que se organiza de acuerdo a una grilla estricta que le da orden y posición a los elementos constitutivos.  Meier le brinda una gran importancia a la geometría y a la proporción, como también al juego de luces y sombras. En el MACBA repite formas de otras obras, volúmenes con sistemas y  dimensiones independientes cada uno,  estructurados a partir de una circulación que recorre longitudinalmente el edificio, uniendo cada una de las funciones.

El acceso principal al museo se encuentra elevado un metro por encima de la plaça dels Angels, y se accede por una rampa paralela a la fachada Sur.  La entrada esta enmarcada por un elemento plano que enfatiza el ingreso y revela una terraza empotrada en la fachada. El podio que vincula la plaza con la planta baja del museo, no es solo un punto de encuentro social, sino también un gran escenario para realizar exposiciones al aire libre.

El interior se transforma en una interesante secuencia de volúmenes que enriquecen el recorrido a través de la alternancia de formas y la incidencia de la luz sobre los distintos cuerpos, donde se observa claramente la influencia de Le Corbusier en la composición por elementos.

Se ingresa a una recepción de volumen cilíndrico con vistas al pasaje que une la plaça dels Angels con el patio trasero del museo. Este pórtico cilíndrico articula la sala de exposiciones con el edificio de oficinas administrativas que tiene 7 niveles y es funcionalmente independiente de las demás actividades del museo.

La disposición principal del conjunto esta organizada a partir de un muro que atraviesa el edificio de Este a Oeste. Los volúmenes generados detrás de este muro corresponden a las galerías o los sectores mas privados del museo. Al otro lado, se encuentra el sector más público, un espacio en triple altura iluminado de forma indirecta por la fachada principal.  En este cuerpo se ubican las salas de exposiciones, y es aquí donde también aparece la influencia Corbusierana: una rampa paralela a éste se distingue dentro del gran espacio generando su propia promenade.

El sector de galerías tiene una gran interacción con el espacio urbano circundante. La transparencia y ligereza de la fachada permite establecer una gran relación entre el exterior e interior. Este gran volumen transparente sirve también de orientación para los visitantes, siendo el mediador entre la plaza y los espacios mas privados. En cada nivel, y a medida que uno asciende por la rampa, la variación de la luz le proporciona a cada sector su propio carácter.

La rampa no es simplemente la ruta de circulación, es también un elemento de interacción con la plaza.

La fachada principal presenta una gran expansión de vidrio de composición modulada con un interesante juego de llenos y vacíos. El sistema de parasoles esta compuesto por paneles de chapa de aluminio, y posee una estructura auxiliar oculta construida a base de resinas de poliestireno que actúa como una red aislante y junto a la rampa y las columnas estructurales, ayudan a filtrar la luz proveniente del sur, otorgando en las galerías condiciones lumínicas agradables.  La luz surge también por lucernarios ubicados en el techo, y se transmiten al edificio a través del espacio en triple altura y las pasarelas de vidrio.

Con el fin de generar aberturas de gran tamaño y soportar volúmenes suspendidos en la fachada, Meier decidió utilizar una estructura de hormigón armado, obteniendo de esta manera muros resistentes para exponer obras de gran envergadura y lograr un acabado superficial fino, óptimo para una reflexión eficaz.

 En el interior utiliza yeso tradicional y paneles de yeso prefabricados en seco para algunos sectores donde es necesario ocultar instalaciones.  Piedra negra de origen sudafricano tratada con diferentes acabados compone el solado de todo el edificio. El exterior y la rampa fueron elaborados con una superficie sensiblemente más rugosa que la del resto del conjunto.

El edificio está destinado a albergar obras de los movimientos de vanguardia de principios del siglo XX y de las posteriores a la segunda mitad del siglo. El MACBA propone una gran variedad de espacios y una configuración flexible de muestra, adaptándose a una gran variedad de medios y escalas en diferentes condiciones de luz. Componen la muestra permanente cerca de 300 pinturas, 150 esculturas y más de 8.000 dibujos.

El edificio del MACBA sintetiza la contemporaneidad en su obra y un punto de referencia importante en el barrio. A pesar de mantener una altura similar a los edificios linderos, se impone a su entorno inmediato por su imagen, textura y color, de carácter radicalmente opuesto a aquellos y aunque parezca contradictorio, éste quizás sea  su mayor mérito.

Lionel Chamma; Marcelo Gardinetti

 “La preocupación constante de Richard Meier por el tema de la luz, su recurrencia a materiales transparentes o translúcidos para trabajar con ella como elemento expresivo, no tienen la misma dirección ni resultados similares. Los límites de la arquitectura impiden la “desaparición” de los objetos, sean estos opacos o diáfanos, para percibir el fenómeno de la luz por sí mismo. La definición corbusierana de la arquitectura como “el juego de los volúmenes bajo la luz”, que Meier retoma y define también como “física manifestación de la experiencia humana”, alude a esa condición material irrenunciable.

Las referencias a Le Corbusier y, en particular a la villa purista son un punto obligado de los críticos. Kenneth Frampton ha señalado la diferencia: cómo el tema original del purismo (técnica propiciato que no era ni progresiva ni recesiva) se transformó en manos de Meier al pasar de la utopía como sustento del lenguaje, a un lenguaje que se sustenta sólo a sí mismo. Comparó además los papeles distintos que la figura, el campo y la gestald han desempeñado en la obra de ambos: la villa purista tenía una fuerte carga interior y su superficie permanecía hermética y sobria, por el contrario, Meier recurre en el museo de Barcelona a la “sintaxis de villa” de sus obras anteriores, pero los elementos escultóricos de circulación (rampas o escaleras) se alejan del centro dejándolo vacío. Durante el período purista de Le Corbusier, la figura (la viveza espacial del edificio) estaba con- tenida por el campo, por una epidermis hermética y modulada que se abría parcialmente para “poner al descubierto el vórtice espacial de la figura interior”.

En la producción de Meier “la figura incide constantemente en la superficie, lo que significa una manifestación que tiende a alterar el campo, es decir, un riesgo de disolverlo por entero”.

A partir de esta reflexión de Frampton, podemos observar que cada figura cercana a la superficie (el gran tambor y el pasaje curvo, las rampas, las escaleras del público, la torre autónoma de muro ondulante, el lucernario en el patio interior) incide sobre una dimensión mayor, la de un conjunto de edificios y espacios abiertos que van conformando una trama de cierta regularidad formada por las intervenciones cercanas al museo. La tendencia a la disolución del campo ocurre cuando la operación villa se extrapola a un ámbito urbano antiguo. El tema del purismo, en manos de Meier, parece reaccionar ante la exigencia de convivir con la ciudad vieja, renunciando a la utopía (recordemos el arrasador reemplazo que habría de producir la ciudad contemporánea propuesta por Le Corbusier) y alterando las relaciones sintácticas originales de la villa. Meier explora los límites del concepto en condiciones que ya no parten de la tabula rasa.

El MACBA funciona como “figura” en contraste con la trama y el color del barrio, el fondo en el que se inserta. Se dibuja el reverso de la imagen de unos pocos monumentos parisinos subsistiendo dentro de la propuesta urbanística corbusierana. La idea de formar una unidad que se des- taque en presencia de la luz transforma al viejo barrio en su envoltorio. La fotografía aérea, en la tapa del folleto que el museo publicó en 1995, da buena cuenta de ello, de manera similar a cómo el Centro Pompidou había sido la “figura” de color y tecnología en el viejo Beaubourg mientras que la zigzagueante figura de la escalera mecánica lo era en el campo regular de la fachada con una fuerza expresiva tal que fue adoptada como emblema del centro cultural parisino.

La operación no estuvo exenta de intenciones y lecturas claramente ideológicas que abarcaron el conjunto de transformaciones que se concretaron del plan llamado “Del Seminari al Liceu”, orientado a convertir el Raval en una zona con una fuerte presencia de centros culturales y universitarios. La estética del blanco-sobre-blanco se convirtió en paradigma de limpieza del oscuro ghetto y, como ha ocurrido en otras ciudades, la deseable metamorfosis no pudo ocultar el proceso de expulsión de sectores populares.”

Silvia Pampinella

Pampinella Silvia, “MACBA Imagen de una tregua” DC PAPERS, revista de crítica y teoría de la arquitectura, ISSN-e 1887-2360, Nº. 4, 2000, 92

Fotografias: ©MACBA ©Lionel Chamma

Dibujos: ©Richard Meier  and Partners  ©MACBA

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Abril de 2011.

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