Cinco puntos para una nueva arquitectura, Le Corbusier y Pierre Jeanneret
Las consideraciones teóricas que se exponen seguidamente, se basan en experiencias prácticas de largos años sobre el terreno mismo de la construcción. La teoría pide sobriedad de expresión. No se trata aquí, en modo alguno, de fantasías estéticas o de enfoques según efectos a la moda, sino de verdades arquitectónicas, que significan un modo absolutamente nuevo de construir desde la vivienda hasta el palacio.
Le Corbusier y Pierre Jeanneret, Cinco puntos para una nueva arquitectura
1 Los soportes
Resolver un problema por vía científicas, quiere decir, en primer lugar, distinguir sus elementos. Por esto, en un edificio, se pueden separar, desde luego, las partes que llevan el peso de aquellas otras que no soportan nada. En vez de los cimientos antiguos en que descansaba la obra sin previo cálculo, entran en función fundamentos aislados y, en vez de muros, soportes independientes. Lo mismo los soportes que sus bases, se calcularán con exactitud según la carga que van a llevar. Estos soportes se ordenan según distancias iguales y determinadas, sin tener en cuenta para ello la disposición interna de la casa. Se levantan directamente del suelo hasta 3, 4, 6, o los metros que sean, elevando así la planta baja. Con esto se libran las habitaciones de la humedad de la tierra; tienen luz y aire; el terreno de edificación queda para jardín, el cual, por consiguiente, se desliza por debajo de la casa. Otra superficie igual se gana también en la techumbre plana.
2 Azoteas-jardines
El tejado plano exige, en seguida que se le utilice en beneficio de la vivienda: tejado-terraza, tejado-jardín. De otra parte, el hormigón armado pide una defensa contra la variabilidad de las temperaturas del exterior. El trabajo excesivo del hormigón armado, se disminuirá manteniendo la humedad latente en el techo de hormigón. El tejado-terraza, atiende a las dos exigencias (capa de arena, ligeramente humedecida, cubierta con placas de cemento, con césped entre las juntas; la tierra de los lechos de flores en contacto directo con la capa de arena). De este modo, fluye lo más latente el agua de lluvia; tubos ele bajada por el interior de la casa. Con esto queda una latente humedad en el tejado. Estos jardines dan lugar a la vegetación más pujante. Pueden plantarse en ellos sin más, incluso arbustos de 3 a 4 metros de alto. La azotea-jardín llega a ser así uno de los sitios preferidos de toda la casa. Y es de gran importancia, en general, para las ciudades que quieran resarcirse de la superficie empleada en la construcción.
3 La libre estructura de la planta
EI sistema de apoyos soporta los pisos y sube hasta el tejado. Los tabiques se colocarán, según la necesidad, con lo cual ningún piso se corresponderá con el otro. Se acabaron las paredes maestras, quedando sólo membranas de un espesor voluntario. Consecuencia de esto es la absoluta libertad en la estructuración de la planta, es decir, utilización libérrima de los medios existentes, lo cual permite equilibrar el presupuesto de la algo cara construcción de cemento.
4 La ventana apaisada y corrida
Los apoyos y los planos de cada piso, forman rectángulos en la fachada, por los cuales penetran abundantes Ja luz y el aire. La ventana corre de u11 apoyo a otro, con lo cual se ‘logra una ventana apaisada. Desaparecen la ventana entre largas y las desagradables subdivisiones de ventanas y las ménsulas para balcones. De este modo quedan iluminadas las habitaciones por igual, de pared a pared. Los ensayos experimentales han demostrado que un int1erior iluminado de este modo, goza de una intensidad lumínica ocho veces mayor que el mismo interior con ventanas altas, aunque los metros de abertura sean iguales. La arquitectura de todos los tiempos gira, al fin de cuentas, alrededor de huecos o vanos. De repente, el hormigón armado aporta, por medio de la ventana apaisada y corrida, la posibilidad del máximo de iluminación.
5 La estructura libre de la fachada
Como el suelo de los pisos avanza sobre los puntos de apoyo, como los balcones, en todo el edificio, la fachada toda sobresale del esqueleto que soporta. Pierde, por consiguiente, su cualidad de soporte y las ventanas pueden distribuirse a voluntad, sin tener en cuenta el reparto interior. Lo mismo puede tener 10 metros de anchura la ventana de una vivienda, que 200 la de un palacio (nuestro proyecto para el de la Sociedad de Naciones en Ginebra).
De este modo, alcanza la fachada una construcción libre. Los cinco puntos presentados significan una estética fundamentalmente nueva. Ya no nos queda nada de la arquitectura de otras épocas; tan poco, como nos puede enriquecer ya la lección de historia-literaria de la escuela.
Le Corbusier y Pierre Jeanneret
Le Corbusier, Pierre Jeanneret, “Cinco puntos sobre una nueva arquitectura”, Revista Arquitectura N°107 (1928), 78-85
Fotografía: ©Olivier Martin-Gambier, © FLC- ADAGP -fondation le corbusier- work of le corbusier
Le Corbusier y Pierre Jeanneret, cinco puntos para una nueva arquitectura
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