La escenografía de OMA en el Teatro Griego de Siracusa reinterpreta los espacios con tres dispositivos arquitectónicos temporales para las obras de verano del Istituto Nazionale del Dramma Antico. El Anillo, La Máquina y La Balsa ofrecen nuevas formas de entrada en escena y adaptabilidad para las diferentes representaciones teatrales.
Teatro Griego de Siracusa – OMA
En un desafiante ejercicio que implica intervenir sobre ruinas arqueológicas, OMA introdujo nuevos dispositivos arquitectónicos en el Teatro Griego de Siracusa, una construcción que data del siglo V a.C., para la temporada teatral de verano de 2012. Esta intervención, no exenta de riesgos, invita a reconsiderar los sitios históricos no solo como museos al aire libre, sino como espacios activos que pueden ser experimentados y vividos.
El diseño de OMA para el Teatro Griego de Siracusa consta de tres mecanismos temporales que pueden cambiar de posición, permitiendo diversas configuraciones escenográficas para las obras teatrales.
El primer dispositivo, denominado Anillo, es una pasarela suspendida que completa el semicírculo del anfiteatro detrás del escenario, facilitando a los intérpretes un acceso alternativo a la escena.
El segundo dispositivo, conocido como La Máquina, es un escenario adaptable para las representaciones teatrales. Se trata de una plataforma circular inclinada de 7 metros de altura, que puede abrirse para permitir la entrada de los actores y la realización de escenas dramáticas.
El tercer dispositivo, llamado La Balsa, es un escenario circular donde actores y músicos desarrollan la obra, evocando los altares de la antigüedad.

El Teatro Griego de Siracusa fue diseñado por el arquitecto Damokopos y construido entre los años 478 y 467 a.C., tallado en la roca viva de Neapolis. Con un diámetro de 138 metros, se convirtió en uno de los teatros más grandes del mundo clásico. En 472 a.C., el teatro fue el escenario del estreno de Los Persas de Esquilo, la obra más antigua que ha sobrevivido de la época clásica.
Durante el Imperio Romano, el teatro fue restaurado por Augusto y posteriormente adaptado para espectáculos de gladiadores. En la Edad Media, cayó en desuso y fue afectado por los terremotos que devastaron Siracusa en 1542 y 1693. En el siglo XVIII, un grupo de arqueólogos descubrió el teatro bajo una montaña de tierra y escombros, iniciando un largo proceso de excavación que duró varias décadas hasta su completa recuperación. Existen registros de obras representadas en el teatro de Siracusa en los años 1885, 1922 y 1950.









Escenografía del teatro griego de Siracusa, memoria descriptiva
La escenografía de OMA presenta tres dispositivos arquitectónicos temporales que reinterpretan los espacios del Teatro Griego de Siracusa, que data del siglo V a.C. Las intervenciones se explotan dramáticamente y se adaptan en momentos estratégicos dentro del ciclo de verano de las obras escenificadas por el Istituto Nazionale del Dramma Antico: Prometeo sin ataduras de Esquilo (dirigido por Claudio Longhi), Bacoas de Eurípides (dir. Antonio Calenda) y Los pájaros de Aristófano (dir. Roberta Torre).
El Anillo, es una pasarela suspendida que completa el semicírculo del anfiteatro, abarcando el escenario y los bastidores, y dando a los actores una forma alternativa de entrar en escena.
La Máquina es un telón de fondo totalmente adaptable para las obras: una plataforma circular inclinada, de siete metros de altura, que refleja el anfiteatro. El telón de fondo puede girar, simbolizando el paso de 13 siglos durante la tortura de Prometeo; dividido por la mitad, también puede abrirse, permitiendo la entrada de los actores, y simbolizando eventos dramáticos como el Prometeo siendo tragado en las entrañas de la tierra.
La Balsa, un escenario circular para los actores y bailarines, reimagina el espacio de la orquesta como un timele moderno, el altar que en la antigüedad estaba dedicado a los ritos dionisíacos.
©OMA



Proyecto de OMA para el Teatro Griego de Siracusa
El diseño implica la creación de tres dispositivos arquitectónicos temporales que reinterpretan y revitalizan los espacios del antiguo teatro:
- El Anillo: Una pasarela suspendida que completa el semicírculo del anfiteatro, permitiendo a los actores una forma alternativa de entrar en escena.
- La Máquina: Un telón de fondo totalmente adaptable, con una plataforma circular inclinada de 7 metros de altura que refleja el anfiteatro. Puede girar, dividirse y abrirse para simbolizar eventos dramáticos de las obras.
- La Balsa: Un escenario circular para actores y bailarines que reimagina el espacio de la orquesta como un timele moderno, el altar dedicado a los ritos dionisíacos en la antigüedad.
Estos tres dispositivos se explotan dramáticamente y se adaptan para acompañar las representaciones de obras clásicas griegas como Prometeo, Bacoas y Los pájaros, durante el ciclo de verano del Istituto Nazionale del Dramma Antico.
Fotografías: ©OMA
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OMA, Siracusa Greek Theater – Teatro Griego de Siracusa –
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