El colectivo Archigram, surgido en el periodo de posguerra, formuló una propuesta de carácter disruptivo en tanto que cuestiona las nociones convencionales de permanencia y solidez en el ámbito arquitectónico, estableciendo como principios fundamentales lo efímera y la adaptabilidad como respuesta a las transformaciones sociales y tecnológicas de su tiempo. En este contexto, el grupo no se limitó a replantear las estrategias constructivas, sino que desarrolló, a través de su publicación, un método de difusión y experimentación que integró la imagen, el flujo y la comunicación como elementos constitutivos de un discurso orientado hacia la arquitectura de la información. Mediante el análisis de las influencias contextuales y la articulación de una visión que incorpora aspectos relativos a la temporalidad y la plasticidad del espacio, Archigram contribuyó a redefinir la praxis arquitectónica, proponiendo una aproximación donde la interrelación entre tecnología, sociedad y diseño configura nuevos parámetros de interpretación y práctica en el campo.
La Arquitectura como Flujo: El Legado de Archigram en la era de la información
El contexto cultural y social de la posguerra constituyó el escenario propicio para la emergencia de nuevas propuestas en el ámbito arquitectónico, dado que el proceso de reconstrucción y el cuestionamiento de las formas tradicionales generaron las condiciones necesarias para la innovación. Este contexto, en el que avances tecnológicos como el desarrollo de la electrónica y la utilización de plásticos se combinaban con la influencia de una cultura de consumo y elementos de la cultura popular, rebasada de cómics y ciencia ficción, permitió a Archigram orientar su propuesta hacia la adaptabilidad y la flexibilidad de las estructuras para responder a las nuevas realidades sociales y económicas.
La creciente influencia de la cultura americana en el ámbito británico durante los años 60 introdujo una fascinación por la tecnología y el consumismo que se reflejó en el discurso gráfico y conceptual del colectivo. Esto se tradujo en una reconsideración del modernismo, que enfrentaba una demanda creciente de flexibilidad y participación del usuario, permitiendo a Archigram posicionarse como una alternativa que proponía una arquitectura dinámica y adaptable.
La tensión entre la austeridad experimentada en la posguerra y las fantasías de abundancia promovidas por ciertos imaginarios culturales generó un escenario en el que emergieron propuestas que combinaban elementos de escasez y fantasía. En paralelo, la mayor movilidad social de la época facilitó el interés por la adaptabilidad de las estructuras, orientando a Archigram hacia la formulación de proyectos que pretendían ser trasladables y reconfigurables en distintos contextos.
En este marco, la efervescencia cultural propia de los años 60 y la influencia de una cultura juvenil que desafiaba las convenciones establecidas en la disciplina arquitectónica se integraron en un discurso en el que la comunicación se erigía como un medio esencial para la difusión y el intercambio de ideas.
La idea de Arquitectura en Archigram
En la idea de Archigram, la flexibilidad y la adaptabilidad se constituyeron en elementos esenciales, evidenciando la necesidad de una arquitectura que se ajustara a condiciones variables, en paralelo al surgimiento de tecnologías basadas en la electrónica y a la creciente participación del usuario en la configuración del espacio. Asimismo, Archigram se apoyó en tecnologías emergentes para desafiar los límites impuestos por el modelo industrial predominante, considerando la tecnología no únicamente como un instrumento constructivo, sino también como un vehículo para la transmisión de ideas y conceptos.
La producción y difusión de imágenes se erigieron como pilares fundamentales en la estrategia del colectivo, que propuso la creación de un vocabulario arquitectónico propio y la transformación de los dibujos en instrumentos de comunicación. La revista Archigram, concebida como un espacio de experimentación y debate, exploró la posibilidad de entender la arquitectura como un proceso en constante flujo, en contraposición a la representación de edificios como resultados definitivos, lo que implicó un cuestionamiento de los cánones tradicionales y de la división establecida entre lo que se considera arquitectura y lo que no.
El énfasis en el proceso y en la información, entendido en términos de la difusión y el intercambio de ideas, permitió redefinir el rol del dibujo arquitectónico, concebido como parte integral de un proceso comunicativo más que como una mera instrucción para la construcción. De igual modo, la concepción de la ciudad como un sistema en permanente transformación—donde la movilidad de elementos y la interacción entre las personas configuran un entramado dinámico—permitió cuestionar la rigidez de las propuestas modernistas y reconocer la importancia de la circulación y la transitoriedad en el espacio urbano.
La promoción de Archigram en la obra de Reyner Banham
Reyner Banham desempeñó un papel fundamental en la promoción y difusión del trabajo de Archigram, constituyéndose en un intérprete de sus propuestas. Banham posicionó a Archigram como una extensión del proyecto modernista, enfatizando en su argumentación la exploración de las posibilidades que ofrecen la tecnología y la adaptabilidad ante condiciones sociales y ambientales en constante cambio.
Su investigación orientada hacia el estudio de la vanguardia histórica le permitió vincular las propuestas del grupo con las ideas formuladas en las vanguardias de las décadas de 1910 y 1920. Además, esa interpretación subrayó la importancia de las estructuras tecnológicamente adaptativas que Archigram propuso como respuesta a las limitaciones de la arquitectura tradicional.
Banham reconoció la relevancia de la incorporación de elementos provenientes de la cultura popular como los anuncios publicitarios, los comocs y las narrativas de la ciencia ficción. Entendió a la revista Archigram como un proyecto en sí misma, que revelaba, a través de su formato, diseño y tipografía, una estructura comunicativa manifestada de forma improvisada, antiautoritaria y satírica, estableciendo así un vínculo directo con las convenciones culturales contemporáneas.
La difusión de las ideas de Archigram a través de medios especializados y publicaciones de mayor alcance como New Society, permitió a Banham legitimar la posición del grupo dentro del panorama del diseño contemporáneo, arraigando la capacidad gráfica del colectivo como una reflexión sobre la intersección entre tecnología, comunicación e innovación en la arquitectura.
El «Zoom Wave» de Reyner Banham
La noción de «Zoom Wave», introducida por Reyner Banham, resulta fundamental para comprender el contexto y la relevancia de Archigram en la cultura arquitectónica de los años 60. El término se emplea para describir un movimiento de revistas alternativas que emergió en esa década y que, a través de la experimentación gráfica y la crítica a los cánones establecidos, cuestionó los postulados del modernismo institucionalizado.
El contexto de la «Zoom Wave» se configura en oposición a un modernismo ya consolidado, caracterizado por una rigidez que resultaba insuficiente para dar respuesta a las transformaciones tecnológicas y sociales del periodo. La «Zoom Wave» destaca el énfasis en la integración de tecnologías emergentes como la cibernética, los sistemas inflables y los materiales plásticos, y la promoción de una arquitectura concebida como adaptable y en constante cambio. Estos aspectos se complementan con la influencia de la cultura popular, expresada a través de referencias a la ciencia ficción, los cómics y la publicidad, y se manifiestan en la elección de formatos irreverentes en las publicaciones, cuyo diseño experimental se erige como una crítica a la lentitud y a la rigidez de la industria de la construcción.
En este marco, Archigram se constituye como el exponente principal de la «Zoom Wave», mediante el uso innovador de imágenes y por la formulación de ideas que incluyen propuestas como las megaestructuras, las pieles autotransformables y la disolución de los objetos arquitectónicos en un paisaje tecnológico.
La arquitectura blanda de Archigram
La noción de una arquitectura blanda o efímera constituye una crítica directa al paradigma tradicional, que ha privilegiado históricamente la permanencia y la solidez en el entorno construido. El concepto se configura como una respuesta a un contexto posbélico marcado por procesos de reconstrucción, avances tecnológicos y una intensificación de la cultura de consumo. Esta visión alternativa, en la que las estructuras se conciben no como objetos inmutables sino como sistemas susceptibles de transformarse, adaptarse y disolverse, se corresponde con la naturaleza dinámica de la vida moderna.
Existe un rechazo a la noción de permanencia, en tanto el grupo cuestiona la idea de que la arquitectura como una entidad fija. En su lugar, propone estructuras que puedan reconfigurarse en función de las variaciones sociales y tecnológicas, lo cual implica una marcada adaptabilidad y flexibilidad que responde a la creciente demanda de participación del usuario en la configuración del espacio.
La inspiración extraída de las tecnologías emergentes facilita la concepción de estructuras ligeras y móviles, que permiten desafiar las limitaciones impuestas por las técnicas constructivas tradicionales. En este marco, la idea de “pieles autotransformables”, concebida como elementos capaces de modificar su forma y función de acuerdo con las necesidades del entorno, ejemplifica de manera concreta esta apuesta por la transformación constante.






Diferencias entre Archigram y otras corrientes arquitectónicas
Modernismo tradicional vs. Adaptabilidad y Cambio : Los modernistas tradicionales (como Le Corbusier y Mies van der Rohe) buscaban una arquitectura universal, estática y atemporal, basada en principios racionales y formas puras. Su enfoque se centraba en la funcionalidad y la eficiencia, con una estética basada en la abstracción geométrica y la claridad estructural. En contraste, Archigram priorizaba la adaptabilidad y el cambio. Veían la arquitectura como un sistema dinámico que debía responder a las necesidades cambiantes de la sociedad y la tecnología. Su enfoque se centraba en la flexibilidad, la movilidad y la capacidad de la arquitectura para adaptarse a diferentes situaciones y contextos.
Tecnología, Uso y Concepción: Si bien los modernistas utilizaban la tecnología (como el hormigón armado y el acero) para la construcción, su enfoque seguía siendo estructural y funcional. La tecnología era un medio para lograr una forma ideal. Archigram veía la tecnología como un agente de cambio y una herramienta de comunicación. Exploraron las posibilidades de las tecnologías emergentes como los inflables, los plásticos, los sistemas electrónicos y la cibernética para crear una arquitectura que fuera más adaptable, efímera y participativa.
La Imagen y la Comunicación: El modernismo tradicional a menudo se centraba en la forma construida, donde el edificio era la principal manifestación de la idea arquitectónica. Los dibujos eran principalmente representaciones técnicas para la construcción. Archigram, en cambio, priorizaba la imagen, la representación y la comunicación. La revista Archigram fue un medio para explorar la arquitectura como un sistema de comunicación, donde la información y la imagen eran tan importantes como la forma construida.
Influencia de la Cultura Popular: Los modernistas tradicionales a menudo rechazaban la cultura popular y buscaban una forma de arte «pura» y autónoma. Archigram abrazó la cultura popular y la incorporó en su trabajo. Se inspiraron en imágenes de la cultura de consumo, la ciencia ficción, los cómics y la publicidad para crear una arquitectura que fuera más cercana a la vida cotidiana y a las experiencias urbanas contemporáneas.
Enfoque en el Proceso vs. el Producto: Los modernistas tradicionales se centraban en la creación de un producto final, el edificio, que era concebido como una obra de arte completa y permanente. Archigram valoraba el proceso, la experimentación y la posibilidad de cambio. Su enfoque era más flexible y abierto, considerando la arquitectura como un sistema en constante evolución.
El Papel de las Revistas: Las revistas profesionales del modernismo tradicional servían como vehículos para la difusión de proyectos construidos y teorías estéticas. Archigram utilizó las pequeñas revistas como un laboratorio de ideas y una plataforma para la crítica y la experimentación. La revista fue un proyecto radical en sí mismo, donde el formato, el diseño y la tipografía jugaban un papel importante en la comunicación de sus ideas.
Relación con otras Vanguardias: Si bien otros grupos de vanguardia de la época también buscaban romper con las convenciones del modernismo y explorar nuevas formas de expresión arquitectónica, como el Metabolismo Japonés, Archigram se diferenciaba por su énfasis en la comunicación visual, la incorporación de la cultura popular y la visión de la ciudad como un sistema dinámico de flujos e información.
Arquitectura de la información: el legado de Archigram
El concepto de «arquitectura de información» se erige como uno de los legados fundamentales de Archigram, puesto que transformó la comprensión del diseño y la práctica arquitectónica. Postular que la información misma se constituya en una «sustancia» capaz de configurar el entorno construido, implica desplazar el énfasis desde la materialidad de las edificaciones hacia la comunicación, la representación visual y los procesos dinámicos. En este contexto, es posible identificar diversos aspectos clave que ilustran tanto el impacto del concepto como su aporte a la renovación del discurso arquitectónico:
Información como material formativo: Archigram asignó a la información un rol equiparable al de los materiales tradicionales, de modo que, al integrarse en la configuración urbana, esta «sustancia» permite la reconfiguración constante del entorno y moldea la experiencia espacial y social.
Desmaterialización de la arquitectura: Al priorizar ideas, conceptos e imágenes sobre la concreción física, se desplaza el foco de la edificación como objeto autónomo hacia la creación de sistemas de comunicación e intercambio, lo que conlleva una transformación en la manera de entender y practicar la arquitectura.
Representación y comunicación como ejes centrales: La práctica de Archigram se caracteriza por la importancia otorgada a la representación visual—mediante dibujos, collages y diagramas—que, lejos de ser meras herramientas técnicas, se constituyen en propuestas conceptuales autónomas y en medios para explorar la arquitectura como un sistema comunicativo, tal como se evidencia en la revista homónima del grupo.
Arquitectura como sistema dinámico: La concepción de la ciudad se redefine como un espacio en constante cambio, en el que tanto los elementos materiales como el flujo de personas e información exigen estructuras adaptables, en contraposición a la idea de la edificación como un objeto estático y permanente.
Reconfiguración del rol del arquitecto: La transformación del enfoque hacia la información implica que el arquitecto se aleje de la función exclusiva de constructor para asumir el papel de comunicador y diseñador de experiencias, orientado a la creación y gestión de flujos informativos que integren el contexto y la participación del usuario.
Influencia de la cultura popular y la tecnología: La incorporación de imágenes y referencias provenientes de la cultura de consumo, la ciencia ficción y los medios de comunicación evidencia el reconocimiento de la información como elemento determinante en la configuración del entorno contemporáneo, mientras que el avance de las tecnologías de comunicación se convierte en el medio para generar y difundir estas nuevas formas de interacción.
Legado en la práctica arquitectónica: La «arquitectura de información» ha incidido en el desarrollo de la arquitectura digital y los sistemas interactivos, promoviendo un enfoque de diseño más flexible y participativo que revaloriza el papel del usuario y del contexto, y ha inspirado la exploración de nuevas formas de representación y comunicación que desafían la dicotomía tradicional entre teoría y construcción.
Conclusión
Archigram dejó un legado duradero en la disciplina, que radica en su capacidad para prever las transformaciones del mundo moderno y en formular una arquitectura que, en lugar de resistir al cambio, lo abraza como su esencia misma. Su enfoque radical cuestionó las bases mismas de la arquitectura tradicional, abriendo nuevas posibilidades de diseño que siguen vigentes en la actualidad. La revista Archigram se convirtió en un manifiesto de la arquitectura del futuro, donde la imagen, la información y la comunicación se fusionaron en un nuevo concepto de lo construido.
Archigram propuso una arquitectura en la que la tecnología no se concebía como un fin en sí misma, sino como un agente de cambio, articulando la crítica hacia los paradigmas establecidos y animando un movimiento que integra la innovación tecnológica, el dinamismo social y la comunicación como ejes fundamentales para la transformación del espacio arquitectónico.
©tecnne
Listado cronológico de las publicaciones de la revista Archigram
Archigram No. 1 (1961) Proyectos destacados: Introducción de conceptos iniciales sobre arquitectura futurista y tecnología.
Archigram No. 2 (1962) Proyectos destacados: Desarrollo de ideas sobre la «Ciudad Viva» y la arquitectura móvil.
Archigram No. 3 (1963) Proyectos destacados: «Plug-In City» por Peter Cook.
Archigram No. 4 (1964) Proyectos destacados: «Walking City» por Ron Herron.
Archigram No. 5 (1965) Proyectos destacados: «Instant City» y conceptos de urbanismo temporal.
Archigram No. 6 (1965) Proyectos destacados: Desarrollo de la «Cushicle» por Michael Webb.
Archigram No. 7 (1966) Proyectos destacados: Análisis de la «Ciudad Instantánea» y estructuras inflables. “Drive-in Housing” de Michael Webb; «Blow-out Village» de Peter Cook
Archigram No. 8 (1968) Proyectos destacados: Estudio de la «Ciudad de la Información» y la influencia de la tecnología en la arquitectura.
Archigram No. 9 (1970) Proyectos destacados: Reflexiones sobre la arquitectura del futuro y compilación de proyectos anteriores.
Imágenes: ©Archigram
TECNNE | Arquitectura y contextos ©Marcelo Gardinetti 2021 Todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio web está protegido por los derechos de propiedad intelectual e industrial. Salvo en los casos previstos en la ley, su reproducción, distribución, comunicación pública o transformación sin la autorización del titular de los derechos es una infracción penalizada por la legislación vigente. – Justificación del uso de imágenes y fotografías: – se utilizan las fotografías porque tratan de una obra artística y o arquitectónica significativa – la imagen solo se utiliza con fines informativos y educativos – la imagen está disponible en internet – la imagen es una copia de baja resolución de la obra original y no es apta para uso comercial – En todos los casos se menciona el autor –