Hadid, la fluidez destemplada

El Centro Heydar Aliyev, diseñado por Zaha Hadid, es un proyecto icónico caracterizado por su forma escultórica y distintiva. Aunque se aparta del contexto del sitio, no pierde su valor arquitectónico. El edificio parece surgir del suelo de manera fluida, pero revela una dualidad entre la imitación de formas naturales y su desconexión con el entorno. Mientras que sus accesos son atractivos, los laterales opacos generan una sensación de distanciamiento. El vestíbulo interior sigue la continuidad fluida de las líneas exteriores, aunque el material uniforme y resbaladizo le confiere una frialdad que contrasta con su expresividad formal.

Centro Heydar Aliyev, Zaha Hadid

En los últimos años, la mayoría de las obras de Zaha Hadid se han estructurado bajo patrones de diseño distintivos, donde las formas audaces y complejas se convierten en el núcleo de sus proyectos, a menudo por encima de otras consideraciones. Estas formas generadoras, aplicadas rigurosamente en sus trabajos, dan lugar a edificaciones de figuras extravagantes que pueden ser tanto aclamadas como criticadas con igual intensidad, sin dejar lugar a ambigüedades en su valoración.

Entre sus proyectos más representativos, el diseño del Centro Heydar Aliyev ejemplifica perfectamente estas características. La propuesta gráfica impulsa un carácter escultórico que define claramente el proyecto, una cualidad indiscutible. No obstante, la distancia entre la arquitectura y la escultura se manifiesta en otras variables de análisis.

Centro Heydar Aliyev, Zaha Hadid

El edificio, que emerge del suelo como un pliegue natural, parece surgir de la tierra, aunque no se ajusta completamente a las cualidades de esta. La diferencia entre la imitación de formas naturales y la integración real con el sitio subraya la dualidad de criterios mencionada. Aunque el edificio propone una disconformidad con su entorno para resaltar las virtudes de su diseño, esta elección también revela sus limitaciones.

La continuidad entre el sitio y el edificio, así como entre el exterior y el interior, se expresa a través de ondulaciones y pliegues estructurales. Esta fluidez es atractiva en los accesos al centro, pero resulta menos acogedora en los laterales del edificio, donde las formas agresivas pueden resultar intimidantes para los visitantes. Los laterales, con su apariencia opaca e informe, pueden hacer que los usuarios se sientan distantes del objeto debido a la contundencia de las formas.

Un pliegue en uno de los lados del edificio permite el acceso a un vestíbulo que se extiende a lo largo de toda la altura del edificio. Este espacio está dominado por una escalera principal, un elemento plástico que destaca por su diseño, posiblemente el aspecto más logrado del Centro.

El encadenamiento de las superficies exteriores en el interior del edificio acentúa las tensiones creadas por la densidad de las líneas onduladas. Estas características tienden a restar valor a la riqueza espacial que podría ofrecer el escalonamiento de los balcones y las diversas perspectivas a lo largo del recorrido. Además, el material de revestimiento, con su textura uniforme y resbaladiza, ofrece un lenguaje táctil que carece de calidez y resulta poco acogedor para el visitante.

La iluminación que incide sobre la envolvente, en forma de hendidos, resalta el brillo blanquecino de los revestimientos, acentuando las cualidades vidriosas de las superficies.

La estructura del edificio se compone de un armazón de hormigón oculto dentro de una rejilla de acero, lo que permite la concreción de las geometrías proyectadas y la creación de superficies libres adecuadas para el funcionamiento del museo, el auditorio y la biblioteca del Centro.

El uso de fibra de vidrio reforzado como revestimiento exterior aporta una plasticidad inusual al edificio, permitiendo que su apariencia cambie con la luz solar durante el día y con la iluminación interna por la noche.

En resumen, la nueva obra de Hadid es un edificio sugestivo, marcado por un carácter inusual y un uso intensivo de un mismo recurso. Aunque la geometría es impresionante por su plasticidad, la arquitectura, como en muchas de sus obras, parece evitar soluciones cualitativas y se centra en expresar su propia paradoja.

Marcelo Gardinetti | 12 de marzo de 2014

Fotografías: Portada: ©Iwan Baan –  Galeria: © Hufton + Crown

Centro Heydar Aliyev de Zaha Hadid resumen:

• Las obras de Zaha Hadid se caracterizan por un diseño estructurado bajo patrones únicos y líneas formales escabrosas, que pueden ser valoradas o descalificadas con igual énfasis.
• El Centro Heydar Aliyev encaja con estas definiciones, primando el impulso escultórico por encima de otras consideraciones.
• El edificio trasciende las características del sitio, proponiendo un desacuerdo con el entorno para acentuar sus diseños, lo que también deja al descubierto sus carencias.
• Hay una dualidad entre la emulación de formas naturales y una verdadera integración con el entorno, que se refleja en la relación entre el edificio y los jardines.
• La continuidad formal entre exterior e interior resulta seductora en los accesos pero expulsiva en el resto de lados, con superficies opacas e informes.
• El espacio del vestíbulo principal, con la escalera como elemento destacado, es quizás el más logrado del centro.
• La textura y materiales utilizados, así como la iluminación, aportan un carácter frío y poco sensible al usuario.
• La estructura de hormigón oculta bajo una rejilla de acero permite concretar las complejas geometrías proyectadas.
• En general, se trata de un edificio sugestivo pero dominado por un carácter destemplado y abusivo en el uso de un mismo recurso formal.

Fuente: Hadid, Centro Heydar Aliyev

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