Provencher Roy, Îlot Balmoral

Provencher Roy Îlot Balmoral

Un símbolo arquitectónico de la creatividad

En la superficie, el Îlot Balmoral es una estructura muy dinámica que se eleva sobre el tejido urbano. El cubo, casi perfecto, es muy limpio y liso, y está envuelto en un vidrio exterior cuidadosamente seleccionado por su patrón de frita blanca y sus paneles translúcidos. El exterior liso y sin fisuras sitúa la fachada como una potencial pantalla gigante sobre la que se pueden presentar proyecciones de las iniciativas del Quartier des Spectacles. La tonalidad sutil y dinámica proporciona una sensación de masa y sustancia a la estructura, y la fachada de vidrio proporciona una enorme infusión de luz al edificio. El patrón de frita también sirve para controlar la ganancia de calor en el interior del edificio, lo que cumple los objetivos de sostenibilidad LEED Gold de la empresa.

La inserción de luz de la fachada exterior resalta dinámicamente un gran atrio interior, tallado en diagonal a través del centro del edificio para crear dos volúmenes. La empresa orientó el corte basándose en el flujo peatonal previamente existente en el emplazamiento, moviéndose en diagonal entre la estación de metro Place des Arts y la Place des Festivals. Para delinear el corte, y para dejar la marca del edificio en el horizonte, un pliegue exterior de color rojo brillante contrasta con el limpio exterior de cristal. El color se eligió como un eco de los materiales de la marca cultural del Quartier des Spectacles, y sirve para distinguir el Îlot Balmoral de las funciones de las torres de oficinas más tradicionales del distrito.

Anclaje de la economía creativa

Como guiño a la importancia del Îlot Balmoral para la escena creativa de Montreal, el National Film Board of Canada firmó como inquilino principal del edificio. Al celebrar 50 años de excelencia cinematográfica, la institución canadiense buscaba modernizar y transformar sus instalaciones, y el traslado incluyó la reinstalación del icónico logotipo de la NFB en el nuevo vestíbulo, que es un símbolo de la historia del diseño canadiense.

Sin necesidad de realizar cambios significativos en la arquitectura, Provencher Roy rediseñó cuatro plantas del Îlot Balmoral para el NFB con el fin de acomodar sus requisitos técnicos, incluyendo salas de edición y el alojamiento de equipos de última generación. También construyeron una escalera blanca y brillante que conduce a las oficinas de la NFB, situada directamente bajo la marquesina roja de la entrada principal del edificio.

Un faro de vitalidad

La estrategia de diseño inclusivo de Provencher Roy se adapta a la vitalidad del distrito atrayendo el flujo de peatones a través del corte diagonal del vestíbulo iluminado por el sol del edificio. El atrio establece la identidad única del vestíbulo, ascendiendo hacia el cielo hasta el techo de cristal del edificio en medio de una brillante paleta de materiales de paredes blancas y grises claros, y suelos de hormigón visto. La paleta se eligió para reflejar y potenciar la energía y el dinamismo del vestíbulo, ungido con elementos adicionales como columnas expuestas y una cubierta de latón característica.

Por encima del nivel del vestíbulo, el atrio abierto está enmarcado por oficinas muy iluminadas. Los puentes peatonales de cada nivel conectan los dos volúmenes del edificio, cruzando el atrio y proporcionando unas vistas espectaculares del paisaje urbano circundante, con el emblemático Mont Royal de Montreal como telón de fondo. El volumen noreste flota un piso más alto que el volumen suroeste, y este último alberga un espacio verde en la azotea con impresionantes vistas de la ciudad que está diseñado para eventos al aire libre.

Provencher Roy

“Propusimos cuatro visiones de lo que podría ser un edificio de oficinas diseñado específicamente para una economía cultural, y se eligió el Îlot Balmoral para reflejar la naturaleza vibrante y dinámica del distrito. El Quartier des Spectacles es un centro de actividad cultural que ya está casi completo en su revitalización y transformación del tejido urbano que rodea la Place des Arts.

La firma del NFB fue para nosotros una prueba de concepto de que la arquitectura puede redistribuir y reprogramar cómo se definen los barrios, no sólo a nivel visual o físico, sino también en su papel de centro de convivencia. Desde entonces, otras organizaciones culturales han firmado contratos de arrendamiento, y Îlot Balmoral se está convirtiendo en el centro creativo que habíamos previsto.

Fue una experiencia especialmente interesante, impulsada por el afán de nuestro cliente de lograr algo espectacular. Más allá de la funcionalidad de los espacios individuales del entorno construido, creemos que Îlot Balmoral capta e incorpora la vitalidad del distrito”. Claude Provencher

Fotografías: ©Stéphane Brügger

Fuente: Press kit no. 952-30 v2com