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Colaboraciones

La biblioteca infinita

Biblioteca Vasconcelos - Yoshi Koitani.

Biblioteca y Jardín Botánico José Vasconcelos

“Quizá me engañen la vejez y el temor, pero sospecho que la especie humana – la única – está por extinguirse y que la Biblioteca perdurará: iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmóvil, armada de volúmenes preciosos, inútil, incorruptible, secreta”. Jorge L. Borges – La biblioteca de Babel

En su etimología la palabra “biblioteca” denota su valiosa finalidad: proviene del latín bibliothēca, que a su vez deriva del griego βιβλιοθήκη (bibliothēke), compuesta por βιβλίον (‘biblíon’, ‘libro’) y θήκη (‘théke’, ‘armario, caja’); es decir, un lugar donde se guardan los libros.

Desde las primeras bibliotecas construidas, entre ellas la de la ciudad asiria de Nínive (siglo VII A.C.) con sus tablillas o pergaminos o la de Alejandría instituida durante el período helenístico del Antiguo Egipto (siglo III A. C.), el afán por proteger el conocimiento, las ideas e historia de cada civilización, motivó a lo largo del tiempo y de las diferentes culturas, la creación de nuevos escenarios para el resguardo del saber humano en general.

“La primera biblioteca no ocupaba lugar. Existió antes que la escritura, antes que los libros. Residía en la memoria del hombre, que en ella atesoraba leyendas, tradiciones, canciones o plegarias. La invención de la escritura dotó a esa biblioteca de materialidad. Al principio eran conjuntos de tablillas de barro en el mundo mesopotámico o colecciones de papiros en el país del Nilo. Una biblioteca podía estar en un libro, como la Biblia, en las inscripciones de una ciudad, en las cuerdas anudadas de las alturas incaicas. Luego aparecieron el pergamino, el papel, la imprenta, la industria editorial, los soportes informáticos y las comunicaciones telemáticas. Cada uno de estos hallazgos cambió la relación entre la escritura y el hombre, y con ello el contenido y la forma de las bibliotecas. Tres eras de bibliotecas han existido desde el primer encuentro espacial del hombre con la escritura. La primera nace con la escritura y termina con la invención de la imprenta. La segunda se extiende hasta la Revolución Industrial, mientras que la tercera finaliza con la generalización de la comunicación informática. La cuarta era está comenzando.” 1

Las bibliotecas han suscitado interés durante siglos llegando a definirse obras icónicas y en las últimas décadas fueron variando en su configuración, su geometría, su organización espacial, en las indagaciones de la luz y en la relación simbiótica entre las colecciones de libros y las salas de lectura.

En la actualidad, la biblioteca pública adquiere una nueva dimensión, al constituirse en una herramienta educativa fundamental, que posibilita nuevas formas de aprendizaje y estimula el desarrollo social y cultural de los sectores más apartados o vulnerables de cada ciudad.

Sumado a ese rol, las bibliotecas en algunos casos, también brindan acceso a expresiones artísticas, exposiciones, conferencias, conciertos, talleres, cursos, etc.

Es en ese contexto que, la implantación de la nueva Biblioteca José Vasconcelos en la ciudad de México como nodo referente de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, busca modernizar y actualizar el sistema bibliotecario, difundir las actividades culturales, colaborar en proyectos tecnológicos y fomentar la lectura.

Se ubica junto a una antigua estación de ferrocarriles de Buenavista en la zona norte de la ciudad, en un sector olvidado y carente de equipamiento cultural. El área de intervención abarca 38.094m2, en donde se organizan biblioteca, auditorio, oficinas, librería, invernadero, plazas exteriores y jardín botánico.

En su composición se destacan dos elementos claves: naturaleza y cultura, cada uno con su jerarquía y preeminencia y vinculados para generar espacios que enaltecen el momento de la lectura.

La biblioteca queda definida por tres bloques unidos, todos de seis niveles y de 82m de largo por 35m de ancho cada uno. En planta baja se ubican: sala de exposiciones temporales, sala para invidentes y débiles visuales, tres salas de usos múltiples, sala de música, sala de multimedia, sala infantil, sala de proyecciones, central de sistemas y las escaleras centrales para el acceso a las estanterías de la biblioteca.

El primer nivel comprende los módulos para servicios digitales, los de servicios bibliotecarios y las luminosas y amplias salas de lectura (en los pisos 1, 4 y 7). El segundo nivel presenta en los extremos norte y sur,  las salas de lectura con vista panorámica de la ciudad.

El recinto principal  aloja en más de 40.000ml de estantería de acero colgante su colección general de 600.000 libros además de las colecciones de material multimedia, infantil, en sistema Braille y de música.

El gran bloque está rodeado por generosos jardines con sus variadas especies arbóreas, arbustivas y herbáceas; y en uno de sus extremos se localizan el auditorio y el invernadero (que recupera una vieja estación termoeléctrica).

“Una biblioteca que es un contenedor, algo que guarde ese tesoro que es el conocimiento humano en este caso siempre lo desdoblamos al conocimiento natural, desde el principio imaginamos como una especie de gran arca encallada en un jardín.” Arq. Juan Palomar

La  biblioteca se define como un arca donde sus envolventes exteriores nada dicen de su valioso contenido interior, pleno de pórticos, plataformas colgantes e innumerables estanterías que parecen flotar en el aire. La luz natural se filtra a través de los vanos modulados, los cerramientos vidriados y del juego de transparencias de los distintos planos laterales y horizontales; privilegiando las áreas de lectura.

La obra queda “escondida” en una masa arbórea que recupera el espacio público, cambia la fisonomía del contexto urbano y permite experimentar un contacto directo con la naturaleza.

“Así como hay una colección de libros dentro de la biblioteca, fuera en el jardín hay una colección botánica y dentro del invernadero una colección de plantas tropicales”, afirman sus autores; asegurando que todo su acervo quede preservado.

Sabemos que una biblioteca debe contener sus libros debidamente ordenados y clasificados y ubicados de tal forma, que sean accesibles a cada ávido lector. La Biblioteca Vasconcelos no sólo los organiza minuciosamente en sus interminables estantes que vertiginosos ascienden bordeando el espacio central, sino que logra emocionar al usuario en ese preciado momento de la búsqueda de un nuevo libro.

©Dolores Gómez Macedo

Notas: 1 Muñoz Cosme, Alfonso, Colecciones y conexiones, Arquitectura Viva 63, 1.998, 20.

Memoria del Proyecto Biblioteca y Jardín Botánico José Vasconcelos

El proyecto integra la biblioteca con un jardín botánico. Hay cuatro consideraciones fundamentales que sustentan esta postura:

En una ciudad como la de México, con un contexto urbano contaminado y agresivo, la construcción de edificios públicos debiera aprovecharse como una oportunidad para crear nuevos espacios verdes.

En el contexto específico en el que la biblioteca habrá de enclavarse es patente una marcada aridez urbana. El proyecto intenta así generar un polo de renovación ecológica y citadina que irradie sus efectos sobre una extensa zona.

La biblioteca es, por sí misma, un intento por reunir la suma de los conocimientos y la cultura humanos. El jardín botánico que la complementará albergará una muestra comprensiva de la flora del valle de México y del país. Cultura y naturaleza, tan frecuentemente enfrentadas, formarán aquí una simbiosis en la que los usuarios encontrarán un ámbito donde podrán reconciliar los principales factores que conforman su existencia.

El proyecto ofrece al usuario la oportunidad de experimentar la lectura al contacto directo de un jardín, con todo lo que esto representa como vivencia sensorial.

Así pues, se pretende lograr para el usuario un acercamiento eficaz a la cultura y la naturaleza. Se plantea también el establecimiento de una galería de arte permanente, con pinturas contemporáneas integradas en los principales espacios del edificio. Una serie de esculturas habrán de ser dispuestas en diversos lugares del jardín.  Se desarrollará un proyecto curaturial.

La biblioteca como una gran arca, que navega inmóvil por las estaciones y los años, envuelta en un jardín que siempre es el mismo y siempre es otro.

Investigación y gestión de información: Dolores Gómez Macedo

Biblioteca Vasconselos, Proyecto y obra

Concurso

Alberto Kalach

Gustavo Lipkau

Juan Palomar

Tonatiuh Martinez

Proyecto ejecutivo

Alberto Kalach

Emmanuel Martinez

Ignacio del Rio

Tami Tamashiro

Jose Luis Reyes

Hector Módica

Bolivar Garrido

Ivan Ramirez

Gabriel Ortiz

Roland Oberhofer

Paola Acevedo

Alejandro Castañeda

Asesores del proyecto

Jardines:   Jose Ma. Buendia e Ing. Murillo

Estructurista: Ing. Enrique Martinez  Romero – EMRSA

Diseño arquitectónico y estructural: Arq. Enrique Arriaga

Diseño interior: Arq. Adriana León – TAX

Mecánica de Suelos: Ing. Carlos Gutierrez – CGS

Eléctrico: Ing. Ericka Azpeitia – IDAZA

Iluminación:  Arq. Joaquin Jamaica – Depro Iluminación

Acústica: Arq. Eduardo y Omar Saad.

Iluminación escénica:  Esc. Leonardo Pelaez

Hidrosanitaria: Ing. Javier Ramos – GHA  y Asociados

Riego: Ing. Jorge Monfort – Sistemas de Irrigación y Construcción

Climatización: ing. Osvaldo Macedo – DYPRO

Voz y Datos: Ing. Augusto Camacho – RETO

Instalaciones Especiales:  Ing. Marco Guadarrama – CAV

Diseño Gráfico: Vanessa Arrioja – block

Ficha técnica de biblioteca

Area total del terreno: 38.094m2.

Edificio Biblioteca: 37.000m2.

Auditorio: 1.000m2 (518 espectadores)

Oficinas: 2.000m2

Librería: 977m2.

Invernadero: 2.000m2.

Plazas Exteriores: 2.652m2.

Jardín Botánico: 26.000m2.

Acervo actual de Biblioteca: 500.000 ejemplares.

Capacidad máxima de acervo: 2.000.000 ejemplares.